La empresa aragonesa de rodamientos refuerza su proyección con una adquisición en EE. UU. y construyendo un edificio de I+D.

Más producción

Crece orgánicamente y también con compras. Porque sus gestores son conscientes de que el tamaño es un grado para ser más competitivo en un escenario global, apuesta que tiene sus complicaciones (no hay más que ver los malabares que están haciendo ahora para sortear la crisis de suministros y los efectos de la guerra en Ucrania), pero que es efectiva en términos de negocio.

Fersa Bearings, el fabricante de rodamientos que Carlos Oehling levantó casi de sus cenizas de Going Investment, cuando era una fábrica oscura con un futuro muy incierto, es hoy una pequeña multinacional con cifras nada desdeñables que tendrá centros fabriles en tres continentes. El propio Oehling firmó esta semana en su calidad de Consejero Delegado la adquisición por Fersa de la compañía estadounidense PFI Group, firma de Florida con 25 años de andadura, una plantilla de 70 trabajadores que diseña y fabrica rodamientos para vehículos ligeros enfocada al sector del recambio en automoción y que tiene centros de distribución propios en Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Holanda, México, China y Turquía. PFI, fundada por John Philip Cali, seguirá operando de forma independiente, pero la compra ayudará a Fersa Bearings a generar sinergias y fortalecerla en el sector del ‘aftermarket’, especialmente al otro lado del Atlántico.

El grupo

Con la adquisición, el grupo aragonés afianza su proyección internacional con filiales propias a través de una nueva marca, que se suma a la Fersa en el sector de la automoción, NKE (con orígenes en Austria) para el industrial y el eólico, y A&S para el sector agrícola. Así, la intención es seguir en la senda de crecimiento para alcanzar los 138 millones de euros de facturación en 2022, después de haber cerrado el ejercicio 2021 con un volumen de negocio de 105 millones de euros y un crecimiento del 19% respecto a 2020. 

Nuevo edificio

Apuesta de futuro de Fersa es también la construcción de un nuevo edificio en Plaza que espera estrenar en la primavera de 2023, un campus tecnológico llamado Fersa Lab que llevará la firma del estudio de arquitectos zaragozano Ingennus. Con una inversión de 14 millones de euros, el nuevo complejo contará con dos edificios construidos sobre un terreno de 6.800 metros cuadrados. La nueva obra desarrolla su programa en cuatro plantas: sótano, semisótano, baja y primera; articuladas en torno a un atrio interior. De esta forma, la distribución del edificio, según señala Fernando Used, arquitecto de Ingennus, «las plantas alzadas serán los espacios de representación y relación con clientes y colaboradores y tendrán un carácter multifuncional para que la empresa pueda desarrollar de forma adecuada su estrategia de comunicación y exposición». En el sótano y semisótano, añade, estarán las áreas destinadas a la innovación, al trabajo en laboratorios, oficinas y salas de ensayos de acceso restringido, además de los espacios de servicio del personal.

 Ingennus

Este despacho de arquitectos ha diseñado y desarrollado otros centros de I+D+i en Aragón como el Centro tecnológico de seguridad agroalimentaria en el Aula Dei, el Centro de Encefalopatías Espongiformes en el Campus de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y el Centro Tecnológico de Salud en Walqa.