El fabricante aragonés de rodamientos sortea la crisis de la covid y prevé fabricar más en sus tres plantas en 2021.

2020 fue un año complicado para el fabricante aragonés de rodamientos Fersa Bearings, como lo fue para casi todas las empresas por la crisis causada por la covid-19, pero la diversificación de productos y de mercados le ayudó a superar el ejercicio con buenos resultados. La compañía compensó la caída en el sector de la automoción con su nueva apuesta eólica, lo que le permitió cerrar el año pasado con una facturación de 88 millones de euros, un 8% más que en 2019.

«El desempeño de todo el equipo ha sido sobresaliente, Fersa ha demostrado flexibilidad y resiliencia ante una situación adversa y desconocida», reseña a modo de resumen sobre 2020 Pedro Pablo Andreu, director general de un grupo que emplea a unos 510 trabajadores, 200 de ellos en su planta de Plaza, en Zaragoza, otros 200 en la factoría de Jiaxing (China), unos 90 en la de Steyr (Austria) y el resto en centros de distribución.

«Desde el punto de vista del equipo, pudimos poner medidas preventivas desde el principio de la pandemia gracias a las lecciones que aprendimos en nuestra planta de China porque mantener la salud de las personas ha sido y sigue siendo nuestra prioridad número uno», señala Andreu antes de precisar que desde hace meses hacen test aleatorios de antígenos a toda la plantilla de forma que todos se realicen una prueba una vez al mes.

El directivo reconoce que la parada brusca de las fábricas de automóviles tras decretarse el estado de alarma les afectó mucho al principio, aunque luego se fue recuperando. En cambio, el sector eólico ha seguido creciendo.

«La diversificación es lo que nos ha permitido no solo absorber la caída de los fabricantes de automóviles, sino crecer 7 millones de euros en facturación», indica al respecto el director general de Fersa. «El principal motor de este crecimiento ha sido China, el mayor mercado eólico mundial, y Estados Unidos», añade. «Esta diversificación ha sido un reto tanto de innovación como de proceso, pero el equipo ha sido capaz de resolver de manera solvente todos y cada uno de los problemas con los que nos hemos ido encontrando», afirma.

Entre los últimos contratos más importantes firmados por Fersa está el del gigante chino del vehículo comercial Dongfeng para suministrar los rodamientos de la nueva generación de cajas de cambios manuales de 14 velocidades Dongfeng-Volvo. La firma asiática vende cerca de 200.000 camiones al año en China y la compañía aragonesa confía en que se convierta en uno de sus clientes clave, mientras cuenta con otros proyectos en fase de ingeniería que optan a otros importantes contratos.

Para este año, Fersa tiene buenas expectativas. «Somos optimistas y esperamos crecer tanto en ventas como en unidades y valor fabricado en las tres plantas», apunta Pedro Pablo Andreu. Y precisa: «En Zaragoza, por la vuelta a la normalidad del sector de la automoción y por la incorporación de una nueva línea de producto; en Austria, por el crecimiento en el negocio industrial, y en China por una combinación de ambos». El grupo aragonés, insiste su director general, seguirá apostando por la innovación trabajando con centros tecnológicos como el aragonés Itainnova mientras se mantiene abierto a nuevas compras para ganar tamaño.